La natación es una de las mejores y más completas actividades que podamos practicar, ya que produce grandes beneficios físicos y mentales. En el plano físico permite trabajar todos los músculos del cuerpo de una manera uniforme con el menor riesgo.
Es en el agua donde el cuerpo puede distenderse al practicarse en posición horizontal, lo que beneficia la columna vertebral al producirle un relajamiento. Además, contribuye a enseñarnos la forma correcta de respirar.
En el plano mental, el agua como elemento produce una sensación de relajamiento al tener contacto directo con el cuerpo, por lo que se dice que la natación es una de las mejores terapias. El entrenamiento en las piscinas suele ser utilizado por fisioterapeutas para mejorar alteraciones físicas y mentales, ya que reduce el estrés y ayuda a sanar las lesiones. También mejora la circulación sanguínea, y proporciona al individuo una energía motivacional, que se traduce en mejor calidad de vida.
Mayores beneficios desde edades tempranas
Al ser un deporte completo e individual, la natación ayuda al niño en la formación de su carácter, le crea mayor confianza en sí mismo y le permite mantener una disciplina personal que le garantiza mayores oportunidades de éxito en este mundo competitivo. Entrar en contacto con el agua a temprana edad, ya sea en piscina, en el mar o en ríos, el niño aprende a disfrutar de esta disciplina deportiva y a valorar sus beneficios.
Es la actividad perfecta para niños que padecen de asma o bronquitis; cuando son bien asesorados, es una ayuda importante en la mejora de la enfermedad. No deba considerarse únicamente como deporte, pues también se encuentra en la rutina de algunos de nuestros actos sociales entre familiares y amigos como diversión.
Como parte de nuestra salud integral, la natación ayuda cuando se ha sufrido una lesión física; los médicos recomiendan terapia en el agua para una mejor y más rápida recuperación. Proporciona un relajamiento y una paz interior en situaciones de afectaciones emocionales, como pérdida de seres queridos, estrés o carencia de afectos. A las mujeres embarazadas les proporciona un estado de relajación interior que contribuye a la conexión de la madre con su hijo, lo cual libera tensiones y logra un acercamiento amoroso.
Al mostrar miedo al agua, ya sea el niño o la persona que esté aprendiendo a nadar, el profesor debe lograr un clima de total confianza que le garantice seguridad al alumno y como profesional debe tener conocimientos de psicología para abordar la enseñanza, que puede ser a base de juegos o dando pequeños pasos de uno en uno hasta el alumno. En el caso de los niños, puede iniciarlos en el aprendizaje a través de juegos y pequeños retos. Familiarizarnos con el agua y divertirnos en ella nos ayudará a recordar en nuestro yo interior que el primer contacto con el líquido vital fue en el vientre materno, un espacio donde siempre nos sentimos seguros. Las burbujas, “el pataleo” con tablita, la búsqueda de objetos sumergidos harán de este aprendizaje un recreo entretenido. Los bebés deben entrar al agua siempre en compañía de sus padres, en una piscina que ofrezca condiciones óptimas de salubridad.
La frecuencia y el tipo de rutina dependerán del objetivo de la persona para continuar nadando. Si es por salud puede practicar tres veces en la semana, de 30 a 45 minutos. También puede ingresar a un equipo de natación Máster donde tendría un programa elaborado por profesionales, y en el que logrará metas motivacionales de progreso en compañía de otros con objetivos similares.
Atletas de alto rendimiento
El entrenamiento de atletas de alta competición, o alto rendimiento, es sumamente exigente por ser un deporte individual, de tiempo (minutos, décimas y centésimas), y demanda del nadador una mayor preparación para conseguir el éxito. Para llegar a este nivel es necesario entrenar todos los días en doble tanda, con volúmenes sobre los 6.000 metros, ejercitarse en el gimnasio y realizar una serie de rutinas, como levantamiento de pesas, balón medicinal, ligas en tierra y agua, entre otros.
El camino al éxito de este atleta incluye, además, coaching deportivo, preparación mental, visualización, yoga, una excelente alimentación con dieta balanceada, hidratación, terapia y extensión muscular, masajes, jacuzzi, competiciones y fogueos en el plano internacional de alto nivel, ayuda promocional y de los medios de comunicación, así como estar bajo la dirección de un equipo multidisciplinario profesional. Para lograr un buen nivel como deporte olímpico, la natación debe contar con programas respaldados por las instituciones que lo rigen, asociaciones, federaciones y el Comité Olímpico.
Por Maritza Antonia Creus de Rodríguez
Entrenadora en Jefe de Natación Club Deportivo Naco
Entrenadora de Natación Nacional
rodcreus@claro.net.do