El posicionamiento dominicano en la estela turística no es fortuito, muchos esfuerzos del sector privado y del público se canalizan a través de la promoción en ferias turísticas internacionales. Recoger la esencia dominicana en menos de 200 m2 es un reto. Que República Dominicana se destaque entre los módulos de cientos de países es un logro de hombres y mujeres a cargo de exportar en pocos días la alegría, la cultura y la información turística de este país caribeño. 
Tras un pabellón de vistosos colores y genialidad arquitectónica se esconde la eterna sonrisa y la amabilidad característica de los dominicanos a cargo de seducir a los inversionistas y profesionales del turismo que visitan las diferentes ferias y exposiciones en que nuestro país participa.
Las atenciones en los espacios dominicanos van desde el suvenir o material audiovisual que insta a visitar y conocer el país, los contagiosos acordes de la bachata, el merengue y el perico ripiao y el ritmo de las caderas de los bailarines, hasta las demostraciones en vivo de artistas, artesanos y tabaqueros. Estas amenidades se acompañan de las facilidades de infraestructura para negociar, reportar y cocinar.
ITB Berlín, Expo Yeosu, Feria Internacional de Turismo en Argentina, Feria Internacional de Turismo, Arte y Cultura de América Latina y Europa, Feria Internacional de Turismo de América Latina, FITUR, Feria Internacional de Rennes, Feria Internacional de Turismo de Beijing, son algunos de los escenarios en los cuales nuestro país ha brillado con importantes premios por la estética y el poder de convencimiento. En su logística hay duendes que en parte son responsables de los premios que nos merecen.
Miguel-Pere-Humberto-Ozoria-y-Antonio-Garcia
Embajadores de la información turística 
Coinciden en que su mayor satisfacción es ver su trabajo publicado, que les sirve para constatar el rol que ellos juegan dentro del posicionamiento del turismo dominicano.
Detrás de las cámaras y los escritos que capturan el accionar dominicano en espacios y exposiciones de corte turístico alrededor del mundo están Miguel Pérez, Humberto Ozoria y Antonio García. 
Con cámaras, grabadora y astucia estos profesionales de la información son los responsables de documentar, casi en tiempo real, los eventos del sector turístico, de resaltar los atractivos dominicanos, así como los acontecimientos más importantes del Ministerio de Turismo y los eventos que esta entidad patrocina.
Algunos colegas y profesionales del periodismo los miran como privilegiados del oficio, sobre todo por los viajes que tanto dentro como fuera del país realizan. Quienes minimizan su trabajo están ajenos de las peripecias de documentar la actividad turística audiovisualmente, que conlleva riesgosas aventuras de corte ecoturístico, caminos complicados, alturas y lomas, cruzar ríos caudalosos, todo esto con la cámara y los equipos a cuestas.  
Esto lo valida Miguel Pérez, quien dice que muchos consideran su trabajo como fácil, divertido y de disfrute, pero su labor es de peligro e implica cuidar con celo los pesados y costosos equipos. Antonio García destaca que ellos tres han estado cerca de presidentes, ministros, príncipes y personalidades, han sido vulnerables al personal de seguridad de estos y hasta se han caído en el trajín de ubicar la mejor foto o el mejor ángulo. Lo que más disfrutan Miguel y Antonio de su trabajo es procesar la imagen, servir de información de periódicos y revistas para dar fuerza y veracidad a la información escrita. 
La misión de Ozoria es destacar los aspectos positivos del país con noticias que favorezcan la construcción de una imagen que consolide el potencial turístico dominicano. Relacionarse con otros colegas nacionales y extranjeros le permite mejorar sus habilidades y estar alerta frente a los principales competidores del turismo dominicano. Le llena ser de utilidad a otros colegas, ya sea facilitándoles datos, informaciones, reportajes o entrevistas. Estas “abejitas” de la información turística se complementan entre ellos, al año les toca asistir a cinco o seis ferias internacionales. 
Exportadora del sabor criollo
Esta emisaria de la gastronomía dominicana, oriunda de Tamboril y con raíces de Salcedo, dice que la cocina criolla es como el merengue, hay que sentirla. Uno de los secretos de la afluencia tan concurrida a los stands dominicanos en las ferias internacionales se oculta tras las sazones naturales de doña Esperanza Lithgow.
Doña Esperanza es la encargada de la oferta gastronómica de las ferias. En sus espaldas tiene la responsabilidad de alimentar toda la delegación dominicana y a los visitantes del stand, con picaderas, almuerzos y desayunos. Uno de los bocadillos de mayor demanda entre los visitantes es la ensalada de yuca con aguacate. En su menú nunca faltan los camarones con el toque dominicano. Otros platos que tienen éxito en el paladar foráneo son el majarete y el pudín de pan relleno con pasta de guayaba.
En cuanto a los platos que mejor definen la identidad de la cocina dominicana, ella destaca la bandera, compuesta por arroz, habichuela, ensalada, carne, y el típico sancocho. Para ella el secreto o ingrediente por excelencia que le pone el toque dominicano a la comida es el orégano. 
Entre sus logros personales se inscribe el entrenamiento de 248 chefs mexicanos para un evento dedicado a República Dominicana, con quienes desarrolló 16 platos nuevos. Con orgullo dice haber desterrado el exceso de grasa en los platos de unas 2.900 mujeres que enseñó a cocinar, a quienes motivó a no usar los cubitos de caldo de pollo y de salsa de tomate en pos de una alimentación saludable.
Cinco platos que no faltan en su menú son pescado con coco; mangú con huevo, queso frito y cebolla; pollo al vino; moro de guandules, habichuelas rojas o negras, carne guisada (res o pollo); y locrio de pollo, ensalada de aguacate, plátano maduro frito o al caldero.
Grupo folclórico del MITUR
Josefina Chez es una de las encargadas del ballet y los músicos que ponen la melodía y la alegría a las ferias internacionales. Ella tiene el control del repertorio de ritmos, donde el merengue es protagonista, seguido de la bachata y la mangulina.
Chez ha sido bailarina desde que a los 17 años se inició con el fenecido profesor Frank Ucero, al año ya era profesora. Su gestión en el MITUR comenzó como subdirectora del grupo hasta dirigir el ballet y los músicos. Para Josefina el merengue es la base de todo. En la música dominicana nunca puede faltar la tambora, la güira y el acordeón, pues, según ella, esos son los elementos que definen el ritmo dominicano.
Entre sus responsabilidades está la coordinación del ballet y conjunto folclórico del MITUR, quienes ensayan entre dos y tres horas, dos veces a la semana, aparte del repertorio de presentaciones que hacen en los diferentes eventos del sector turístico dominicano. Raúl Sánchez coordina los músicos que sirven la música al ballet, compuesto por un cuarteto que él encabeza con la güira, seguido de Andrés Cruz a cargo de la marimba, Ramón Mejía en el saxofón y Alejandro Navarro en la tambora. 
El equipo de la alegría lo completan los dos ballets que integran la propuesta musical del MITUR. Son dos grupos iguales, que se reparten más de 20 ferias internacionales y actividades desarrolladas en República Dominicana durante el año entero, entre ellas ferias, recepciones en cruceros y aeropuertos, recibimiento de invitados especiales, artistas y dominicanos ausentes, convenciones, etcétera.
China, Alemania y Chile dicen ser los países que más disfrutan de la música dominicana. Todos afirman que nuestra música es la que más hala en las ferias internacionales, en especial el merengue y la bachata, seguidos de la mangulina, el “pri – pri” y el machacó, este último un ritmo africano de movimientos pélvicos que hacen alusión al majado de café.
Por Patricia Reynoso
Periodista y Relacionista Público
Patricia-Reynoso