En el marco de su ponencia titulada “La Cámara Americana, el turismo y el empresario del siglo XXI”,, el presidente del Grupo Puntacana, Frank Rainieri, quien participó como  orador invitado del almuerzo mensual de la Cámara Americana de Comercio (AMCHAMRD), que a la República Dominicana le ha tomado mucho esfuerzo lograr ser el principal destino de la región del Caribe, y en ese sentido no se puede “dormir en los laureles”

El presidente del Grupo Puntacana, se refirió a ese posicionamiento y el aporte directo e indirecto del sector turístico al Producto Interno Bruto (PIB) al país,  y de esta manera dijo: «Para septiembre del 2014 el Banco Central reporta que el ingreso por «Hoteles, Bares y Restaurantes» fue de 7.6% del PIB, pero ese indicador es limitado y no recoge la participación de toda la industria. Si seguimos el método de Cuenta Satélite de Turismo, recomendado por el organismo de estadísticas de las Naciones Unidas, tenemos que el aporte directo e indirecto del turismo durante 2014 fue de 15.1%, según cifras preliminares del análisis anual de la Universidad de Oxford para el Consejo Mundial de Viajes y Turismo».

Para Rainieri, esa referencia confirma que la economía dominicana no puede sostener su actual nivel de dinamismo sin el estimulante aporte del turismo. Al referirse del peligro en acomodar la confianza en que la República Dominicana lidera el mercado turístico en el Caribe, recordó sobre la reapertura de las relaciones entre EE UU y Cuba, la cual para la industria turística dominicana, Ranieri dijo que aunque el país es líder indiscutible en el Caribe y supera por más de un 30% a Cuba, “no podemos dormirnos en nuestros laureles”.

En ese sentido expresó no temerle a la competencia, ya que esta puede generar valor a la competitividad, pero a lo sí le puede causar temor es “a que los dominicanos nos demos un tiro en el pie”, ignorando cómo se ha llegado hasta donde nos encontramos, lo que se ha hecho bien para mantenerlo y mejorarlo y de lo que se ha hecho mal, para superarlo.

Rainieri hizo el llamado a empresarios a ser agentes de cambio social y ambiental y a comprometerse con el perfeccionamiento del sistema político para así poder tener una democracia funcional y les recordó a estos que generadores de riquezas y deben ser agente de cambio social y ambiental, sin renunciar a los beneficios legítimos de sus negocios.

En ese sentido expresó: “El escenario político ha cambiado y la economía tiene otro dinamismo.  Pero para el empresariado, el reto es el mismo. Porque ayer como hoy,  lo que tenemos que decidir es si nos quedamos en nuestros negocios y olvidamos el entorno social y político en que ellos existen, o si actuamos como entes comprometidos y proactivos, para mejorar nuestra sociedad y su entorno”,

Particularmente a los empresarios del sector turístico les dijo que no pueden creer que se puede manejar la industria “a la dominicana” y manipularla con los métodos de la vieja escuela, siempre inclinada a crear controles, reglas proteccionistas o impuestos irracionales. Y a esto recordó y llamó la atención sobre dos temas en los que Cuba nos supera: Salubridad y seguridad.

“Es importante para el país enfrentar de manera decidida el desorden, aprovechar el éxito y renombre que nos ha dado nuestro producto todo incluido, darle impulso al ecoturismo, fortalecer el desarrollo del turismo inmobiliario de segundas viviendas y realizar un pacto con la clase política para crear un  nuevo compromiso a escala municipal y nacional, que lleve a soluciones consensuadas y a la erradicación de la improvisación legislativa, y las normativas fuera de contexto.” Dijo el empresario turístico.

A juicio del empresario y emprendedor turístico, no hay elección. «Podemos decidir cómo hacerlo, porque no hacerlo, no es una opción. Y es así porque el progreso que necesitan nuestras empresas para crecer sólo es posible si asumimos nuestra responsabilidad como agentes de cambio social y medio ambiental». Según su parecer, la República Dominicana sólo avanzará «al ritmo que necesitan nuestros negocios si nos comprometemos en el perfeccionamiento de nuestro sistema político para tener una democracia funcional. Y si construimos una sociedad libre, plural e incluyente que distribuya equitativamente los beneficios del desarrollo».

Rainieri llamó la atención sobre el hecho de que las organizaciones internacionales han comenzado a utilizar el turismo como una estrategia para mitigar la pobreza. «En nuestro propio país, vemos su interés en apoyar proyectos vinculados a las comunidades. Es hora de que el país vea estas experiencias y definitivamente articulemos al turismo con toda la estructura económica y social del país».

A partir de entonces, inició una fase de su discurso en la refirió algunos datos registrados por el sector en las dos últimas décadas. «Permítanme recordar las proyecciones de crecimiento para el turismo dominicano que presenté en este foro en 1995. Dije que, considerando las expectativas del mercado mundial y el ritmo de crecimiento de las llegadas de turistas al Caribe y a nuestro país, para el año 2000 habríamos construido más de 10,000 habitaciones, elevando nuestra oferta a 40,000; que pasaríamos de 1.3 a dos millones de turistas; y que el ingreso por turismo aumentaría de 1,428 a 1,700 millones de dólares».

Rainieri hizo referencia a la Ley de incentivo de la cual dijo: «La ley de incentivo turístico, tan cuestionada hoy en día, no ha sido apropiadamente analizada, porque en realidad es una ley de competitividad». Refiriéndose al último estudio sobre la fiscalidad del turismo, realizado en 2012, dijo que los aportes directos, indirectos e inducidos por el sector turístico al fisco sumaron 45,228 millones de pesos, el 16% del total de las recaudaciones tributarias. «Ese año el Ministerio de Hacienda estimó los incentivos fiscales del Estado al turismo en unos 3,600 millones de pesos. Es decir, que por cada peso en incentivos, el turismo le produjo 12 pesos en ingresos al Estado, que recibió el 24% del consumo turístico y 235 dólares por cada turista que llegó al país. Un excelente negocio».