La primera protesta social pacífica registrada en la historia data del año 494 A.C. con la rebelión plebeya romana. Esta lucha generada contra el sistema político romano, controlado por los Patricios, era por reclamo del deseo de participar en la actividad política. Avanzando cronológicamente nos encontramos con otras más famosas, como la desobediencia civil (1846), el Putsch de Kapp (1920), la independencia de la India (1942) y la restitución del vicepresidente J. D. Perón (1945). Si las traemos a colación aquí es porque tienen algo en común: en todas se luchaba contra un régimen político, pero de forma pacífica, y más importante aún es que con esto el mundo no se acabó y la historia siguió su curso.
Como promotor de República Dominicana por más de 20 años, me preocupa que la ropa sucia no la lavemos en casa, y peor aún, que hagamos alarde de llevarlas a lavadoras de vecinos que aprovechan la desgracia ajena para magnificar las manchas.
Tenemos el derecho y el deber de exigir mejores condiciones de vida, justicia social y a ser escuchados. Pero todo dentro del margen de la prudencia y siempre enarbolando el interés de la nación como denominador común y no el interés partidista o personal para aprovecharse de esa coyuntura.
En esta edición, la revista BOHÍO lleva en su portada la mejor de las virtudes para arrancar el año, esa virtud que por cosas del destino fue la única que quedó encerrada en la caja de Pandora, según cuenta la leyenda, y esa, queridos lectores, es la única que no nos pueden quitar nunca, la esperanza.
Que la esperanza perdure en nuestros corazones, nuestras familias, en nuestro sector turístico, en nuestro gobierno y en nuestro país, y que nuestras empresas, que tanto nos han costado, no sean de las que sucumban en la desesperación y la adversidad.
¡Hasta la próxima!