En los últimos 40 años, el régimen de zonas francas en República Dominicana ha sido considerado, junto al turismo, como una de las principales fuentes de trabajo e ingresos de divisas del país. Solo para 2013 se observa que el crecimiento del sector fue de un 2,4%.
Antecedentes
Las zonas francas en República Dominicana comienzan su desarrollo en 1969, con la instalación del primer parque industrial en la ciudad de La Romana. Para 1973 dos nuevos parques habían sido creados en las ciudades de San Pedro de Macorís y Santiago. Durante la década de los ochenta, el país registró el proceso de instalación de zonas francas industriales más importante en el área de Centroamérica y el Caribe.
Este liderazgo fue estimulado, entre otras medidas, por las decisiones económicas llevadas a cabo, tales como la adopción de un mercado libre de tasa de cambio, así como la implementación del Programa de la Iniciativa para la Cuenca del Caribe (ICC), implementado por Estados Unidos, a través del cual se otorgaban preferencias arancelarias a los productos procedentes de los países de la región del Caribe.
El desarrollo acelerado de las zonas francas motivó el ordenamiento de las distintas disposiciones legales que existían hasta la fecha. Es así como en 1990 se promulga la Ley 8-90, con la cual nace el Consejo Nacional de Zonas Francas de Exportación, institución compuesta por representantes de los sectores público y privado, encargada de la promoción, evaluación y asistencia a las compañías que operan bajo el régimen de zonas francas en el país.
A enero de 2014, ya son más de 600 empresas las que operan dentro de los más de cincuenta parques de zonas francas que se encuentran distribuidos por todo el territorio nacional, y que generan más de 140.000 empleos directos.
Oportunidades
República Dominicana se perfila cada vez más como un importante competidor internacional, con una economía favorable para la inversión extranjera, integrada al mercado global a través de los acuerdos de libre comercio suscritos con algunas de las economías más grandes del mundo. Su estratégica localización geográfica y su proximidad con Estados Unidos la convierten en una opción “justo a tiempo” para las principales industrias manufactureras.
Con el mayor número de reformas estructurales llevadas a cabo en los últimos años por cualquier país latinoamericano, República Dominicana es, sin lugar a duda, un terreno confiable que ofrece una extraordinaria oportunidad para hacer negocios. Con el apoyo de un sistema judicial sólido y una estabilidad política, social y económica, se ha convertido en una opción confiable para la atracción de inversión extranjera directa de la región, la cual superó la suma de US$17,6 billones en la pasada década.
A lo largo de los años, el sector de zonas francas ha experimentado una importante evolución, gracias a la diversificación y a las necesidades siempre cambiantes de las empresas transnacionales. Los distintos parques industriales cuentan con instalaciones y servicios de clase mundial, y ofrecen a los inversionistas una amplia gama de productos y servicios, los cuales son complementados por una infraestructura logística y de transporte modelo en la región del Caribe y Centroamérica.
Aunque en los años 2005-2009 el sector experimentó una fase de transformación que afectó a una de las actividades de mayor trascendencia histórica en nuestro país -la manufactura textil-, debido a los cambios sustanciales que se produjeron en los Acuerdos de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que regulan el comercio mundial de textiles, la reciente evolución del sector de zonas francas es una clara evidencia de que dicho régimen continúa siendo clave para el desarrollo y diversificación de nuestra industria manufacturera de exportación. Las cifras positivas experimentadas desde 2011 así lo demuestran.
Durante el período 2003-2013, los principales sectores de zona franca, encabezados por la manufactura de aparatos e instrumentos médicos, principalmente para cirugía y ortopedia, productos eléctricos y electrónicos, calzados y artículos de piel, cigarros y productos de tabaco, y artículos de joyería, evidenciaron un crecimiento continuo en sus exportaciones. En 2003, las exportaciones de estos subsectores en conjunto representaban el 50% del total. Para 2011 habían pasado a ocupar el 75% de las exportaciones del sector de zonas francas.
Uno de los aspectos más importantes de la reestructuración de las exportaciones del sector ha sido la diversificación hacia sectores de mayor contenido tecnológico, lo que indiscutiblemente ha favorecido el aumento del valor agregado de las exportaciones de zona franca. De acuerdo con un trabajo de investigación publicado por la Universidad de Oxford, titulado Development Trajectories and New Comparative Advantages: Costa Rica and the Dominican Republic under Globalization, las zonas francas de República Dominicana han sido incluso más exitosas, en términos del valor agregado de las exportaciones.
El aumento del valor agregado de las exportaciones de zonas francas ha sido impulsado principalmente por el crecimiento de las exportaciones del subsector de productos médicos y farmacéuticos, que en 2009 se convirtió en el principal rubro de exportación del país. Estas empresas han venido incorporando de forma continua nuevos productos y procesos productivos de mayor complejidad, incluidos la adopción de estrategias de integración vertical para la fabricación de materiales de producción y componentes intermedios. Un ejemplo interesante de integración vertical lo constituye la planta de esterilización de dispositivos médicos inaugurada en 2012 por la multinacional Covidien.
Estos procesos de sofisticación tecnológica incluyen también las áreas de ingeniería y diseño. Tal es el caso de la empresa Cuttler Hammer Industries, subsidiaria de Eaton Corporation, la cual ha establecido en República Dominicana uno de sus cuatro centros de diseño y desarrollo de productos con los que cuenta en el mundo. El desarrollo de este centro ha sido fortalecido a través de la alianza estratégica que esta empresa mantiene con distintas universidades e institutos tecnológicos en el país.
Un sector en crecimiento
Datos recientes presentados en el Informe Estadístico del Consejo Nacional de Zonas Francas muestran un crecimiento sustancial en las industrias de tecnología intensiva, como son las de dispositivos y componentes médicos, productos electrónicos y tecnología de la información (TI), especialmente en términos de exportaciones e inversión extranjera directa.
En el subsector de dispositivos y componentes médicos, la IED experimentó un crecimiento del 25% en 2012. Tomando las exportaciones del período 2003-2012, vemos como se cuadruplicaron, y superaron la suma de USD$128,000 millones. Es importante señalar que de las diez compañías de dispositivos médicos más grandes del mundo, de acuerdo con la revista Medical Product Outsource magazine, cuatro de ellas cuentan con operaciones de manufactura en República Dominicana.
En el subsector de servicios, entre ellos los servicios de tecnología de la información (TI) y de logística (3PL), la inversión directa también experimentó un crecimiento significativo en el sector de las zonas francas, al mostrar un crecimiento de un 21%, si lo comparamos con el año 2010. En términos de empresas operando en ese sector, estas pasaron de ser 69 en el 2007 a 121 en 2012.
El crecimiento y desarrollo de los servicios logísticos se ha visto fortalecido por la excelente infraestructura de transporte, cuyos indicadores de calidad sitúan al país dentro de las primeras posiciones en los países centroamericanos y del Caribe, de acuerdo con los informes del Global Competitiveness Report 2012-2013.
Otra actividad que ha experimentando un crecimiento significativo durante los últimos años es la manufactura de calzado y artículos de piel. Este crecimiento ha sido fomentado por el aumento de la IED en este subsector, incluido el establecimiento de nuevas empresas procedentes de Estados Unidos, Taiwán, Brasil, entre otros. En 2012 las exportaciones del sector calzados alcanzaron la cifra de US$406,5 millones, un crecimiento de 102% en el período 2009-2012.
No se puede dejar de mencionar el hecho de que el sector de calzados, pieles y componentes, así como el textil, antes considerados como de ensamblaje simple, son cada vez más intensivos en tecnología, con la incorporación de nuevos diseños, investigación y desarrollo de nuevas actividades, así como la incorporación de más valor a los productos finales.
Por último, es importante señalar cómo el conocimiento general y la transferencia de tecnología generada por el sector de zonas francas ha ayudado a crear alianzas estratégicas con las universidades y los institutos de tecnología establecidos por el territorio nacional.
Por Silvia Cochón
Encargada de Promoción
Consejo Nacional de Zonas Francas
www.cnzfe.gob.do