Algunos sueños locos se hacen realidad. Volar por avión, por ejemplo, lo hicieron posible los hermanos Wright hace poco más de un siglo. Más difícil ha sido la exploración de las grandes profundidades oceánicas y solo fue en 1960 que se exploró por primera vez la Fosa de las Marianas, la más profunda del planeta. Ahora un famoso empresario amenaza con poner el turismo espacial y el de las profundidades marinas al alcance de todos.

Hace unas décadas salir al espacio parecía imposible para el común de los mortales. Mientras durante la Guerra Fría, EE.UU. y la Unión Soviética se debatían la supremacía de los vuelos que orbitaban el planeta, nadie pensaba que fuera posible para un civil, no entrenado, participar en esos periplos. Pero en 2001, el multimillonario Dennis Tito pasó a ser el primer turista espacial del mundo, al viajar a bordo de la Soyuz rusa a la Estación Espacial Internacional. Pagó US$20 millones por ese privilegio.

Desde entonces ya han viajado, en vuelos suborbitales, más de una docena de turistas. Se proyecta que para 2021 se contarán más de 15.000 los viajeros al espacio. De hecho, ya hay docenas de compañías que están incursionando en este nuevo y excitante mercado, con figuras tales como Paul Allen de Microsoft y Richard Branson de Virgen Atlantic Airlines a la cabeza.
Se prevé que por turismo espacial para 2021 se percibirán más de un billón de dólares de ingresos.

Richar Branson

La compañía de Branson figura ahora como la más tangible pionera de los viajes suborbitales. Por unos US$200.000, que después de tres años bajará a US$60.000, su compañía entrenará a los futuros viajeros varios días antes de que puedan hacer el viaje suborbital en la nave Virgin Galactic. Esto implicará un ascenso de siete millas por encima del nivel del mar en un vuelo de dos horas. Además experimentarán la ingravidez, y podrán ver la curvatura del planeta durante un recorrido alrededor de la Tierra de unos 1.685.000 km. (1.000 millas).

Virgin Galactic ha declarado que ya ha recogido más de US$35 millones en depósitos de más de 350 turistas espaciales futuros, aunque sobrepasan 80.000 los que se han registrado. Se espera que los primeros vuelos comiencen dentro de los próximos meses y Branson ya se construyó en Nuevo México el Spaceport para ello.

Hay otras empresas que se han montado en el vagón de la carrera espacial. XCOR Aerospace de California construirá el Lynx, un cohete de dos pasajeros que cobrará unos US$100.000 por boleto. Mientras, la europea EADS anunció que desarrollará jets suborbitales para satisfacer el mercado del turismo espacial.

La competencia para el mercado del turismo espacial se intensifica. El fundador de Amazon, Jeff Bezos, está desarrollando tecnologías que permitirán el acceso humano al espacio. Otra compañía, SpaceX, ha entregado cargas a la Estación Espacial Internacional. Mientras tanto, las agencias espaciales de países como China e India se han unido a la exploración espacial; la primera ya aterrizó una sonda en la Luna y la India está activamente participando en la exploración de Marte.

Virgin OceanicPero Branson, pionero de los viajes baratos, quiere serlo también en los viajes a las profundidades marinas. De ellas se conoce menos que de la Luna. Por eso Branson ha desarrollado un submarino de un pasajero parecido a un jet, el Virgin Oceanic (virginoceanic.com), con el cual se propone explorar esos lugares. Sus planes incluyen un submarino que pueda llevar varios turistas. Los precios serán altos, pero se espera una gran demanda.

Un amigo de Branson será quien primero descienda al fondo de la Fosa de las Marianas, la cual, con 11.000 metros de profundidad, califica como la mayor del mundo. La fosa tiene una  longitud de 2.550 km y una anchura media de 70 kilómetros. Está localizada cerca de Guam en el Pacífico y fue explorada por primera vez en un batiscafo en 1960. Luego enfilarán hacia la Fosa de Puerto Rico (también llamada de Milwaukee, de 8,4 km) y Branson pilotará la nave esta vez. Más adelante explorarán las fosas Sándwich del Sur, en el Atlántico, Diamantina en el Océano Indico y Molly Deep en el Océano Ártico.

Por supuesto, las aventuras de Branson no son las únicas que están excitando las neuronas atrevidas. Ya algunos sondeos de los posibles clientes para el turismo espacial sugieren que muchos preferirán esperar hasta que haya viajes a la Luna, mientras otros prefieren la opción de visitar la Estación Espacial Internacional. Pero es predecible que los viajes suborbitales se popularicen pronto a medida que el público gane confianza.

Lo que parece aconsejable es que la República Dominicana le ponga atención a Branson. A pesar que tiene una isla privada (Necker Island) en la Islas Vírgenes británicas, el año pasado celebró el cumpleaños de su hijo en Cabarete (Nikki Beach). Hay reportes informales de que visita a Cabarete con cierta frecuencia. Debemos condecorarlo y explorar con él la posibilidad que desde aquí se hagan los viajes a la Fosa de Milwaukee. Después de todo ya Curazao, quien se convirtió en país independiente en octubre del 2010, se nos fue adelante con el puerto espacial para el Caribe y se propone ofrecer viajes por submarino a 350 metros
de profundidad.

Nuestro destino turístico tiene que mirar al mar y al espacio para ver como los incorpora a su oferta de atractivos. No podemos dormirnos en nuestros laureles de playa y sol porque de eso ya existe una sobreoferta. Y como no tenemos los recursos para competir en la exploración de esas nuevas fronteras turísticas, debemos aliarnos a quienes los tienen para que nos pongan en su agenda y ubiquen aquí algunas de sus facilidades.

Juan LladoPor Juan Lladó
Periodista / Consultor turístico
j.llado@claro.net.do