Edmundo Aja, presidente de Hodelpa Hotels and Resorts, fue de aquellos niños que salieron de Cuba rumbo a Miami apenas dos años después que el Ejército Rebelde, dirigido por Fidel Castro, asumiera el poder en la vecina isla. Era 1962 y su madre tuvo la visión de emigrar con él y su hermana en busca de mejores horizontes. En 1972 el joven Aja se trasladó a Nueva York motivado por un amigo que lo convenció de nuevas oportunidades de negocio.

“Llegué a la Gran Manzana con dos maletas: una de ropa y la otra cargada de esperanzas. Allá viví 10 años y tuve la dicha de desarrollarme en el mundo de vestimenta para caballeros con una línea de establecimientos en locaciones clave. Regresé a Miami con la intención de radicarme allí de manera permanente y dedicarme al mundo de bienes raíces, en especial a la construcción y venta de casas y plazas comerciales”, nos cuenta Aja en entrevista exclusiva.

Dos años más tarde un buen amigo dominicano lo invitó a conocer Casa de Campo y de paso le mostró algunos terrenos en Juan Dolio, entre otros proyectos. Ese viaje a República Dominicana, confiesa el exitoso empresario, fue amor a primera vista. “Vi un país lleno de oportunidades. Llegamos a Santiago, ciudad de gente encantadora, muy parecida a la del pueblo de mis abuelos donde pasaba los veranos. Casi no existían plazas comerciales ni edificios de apartamentos”.

Se planteó pasar un año en Santiago, llevar a cabo varios proyectos y regresar a Miami. Así nació Idelpa (Inmobiliaria del País) y con ella proyectos de apartamentos, áreas residenciales, urbanizaciones… “Hice grandes amigos y excelentes relaciones comerciales. Cada día me sentía más santiaguero y más dominicano”. Tanto es así que el planeado “año” en nuestro país se fue extendiendo y desde entonces han transcurrido 32. “Esta es la tierra donde más tiempo de mi vida he pasado. Definitivamente, mi segunda patria”, confiesa con orgullo.

Su pasión por el área comercial se hace notar desde muy joven, pues con apenas 19 años fue nombrado gerente de Ventas de una tienda en Miami, en la que empezó a trabajar a los 14 años. ¿Tenía una idea clara de hacia dónde dirigir sus pasos a esa edad?

A esa edad mi pasión eran las ventas. Lograr cerrar la venta y que el cliente quedara contento era mi mayor satisfacción. No sabía aún en qué área me desarrollaría, pero estudiaba negocios y estaba seguro de que mi futuro profesional tendría que ver con negociar. Algo que también establecí como objetivo era independizarme, tener mi propio negocio.

¿De qué manera da el salto hacia la hotelería y decide hacer carrera en esta pujante industria?

Las crisis siempre generan grandes oportunidades. Llegamos a la hotelería como respuesta a la crisis inmobiliaria y económica que vivió el país a principios de los 90. En la esquina de la avenida Estrella Sadhalá y calle 10, de Los Jardines, en Santiago, mi socio José Hernández, presidente de Caribe Tours, y yo, construíamos una gran plaza comercial, que se encontraba bastante adelantada. Cuando se desplomó el mercado inmobiliario no se vendían locales; todo estaba paralizado. Luego de varios análisis y estudios decidimos transformar la plaza en lo que hoy es el Hodelpa Gran Almirante. Esto salvó el proyecto y lo convirtió en el más importante hotel de Santiago y del Cibao Central.

De ahí el gran significado que ese hotel tiene para usted…

El Gran Almirante es nuestro buque insignia. Un hotel con mucho significado, tanto como activo de la empresa, como por lo particular de su historia y las vivencias compartidas con los santiagueros. En esa época Santiago era un lugar donde todos se conocían y eso brindaba una connotación mucho más familiar al quehacer profesional. Santiago acogió a este hotel como su lugar ideal de encuentros, eventos y celebraciones. Fue el centro artístico, cultural y de diversión por excelencia. Nuestra discoteca El Alcázar era punto de referencia visitado por personas de todo el país. El Gran Almirante fue la plataforma para que continuara la expansión de Hodelpa en la ciudad, al adquirir el antiguo Camino Real, convertido en Hodelpa Centro Plaza, y el Courtyard by Marriott, actual Hodelpa Garden Court.

Luego deciden incursionar en la Ciudad Colonial de Santo Domingo, donde es la cadena con el mayor número de habitaciones. ¿A qué se debió ese paso?

En la Ciudad Colonial estamos presentes desde hace 16 años con nuestro Hodelpa Caribe Colonial, en la calle Isabel La Católica. Al darse la oportunidad de incorporar a nuestro portafolio las tres propiedades que dejaba la cadena francesa Accor, con su salida del país, no lo dudamos. El gran apoyo que el MITUR y la Alcaldía de Santo Domingo han dado a la zona, remozándola y reordenándola, nos motivó aún más a aumentar nuestra presencia.

La capital también contará con otra propiedad de Hodelpa, Urbano Smartech Hotel. Además de la ubicación, ¿en qué se diferenciará del Hodelpa Caribe Colonial?

El Caribe Colonial es preferido por turistas que aman callejear, compartir con los locales en una onda desenfadada como la que se respira en la Zona Colonial; es favorito de parejas por su ambiente romántico y particular. El Urbano Smartech Hotel se levanta en pleno polígono central de Santo Domingo, rodeado de plazas, restaurantes, centros de negocios y oficinas comerciales. Será un hotel con 13 pisos de modernidad y tecnología, donde el cliente controlará su habitación con un clic desde su teléfono inteligente, y dirigirá desde su dispositivo la posición de las cortinas, canal de TV, temperatura del cuarto, ducha, ordenará room service, y mucho más.

Puerto Plata, otro baluarte de la industria turística dominicana y que hoy muestra un claro renacer, consolida su oferta con el Emotions by Hodelpa Playa Dorada. ¿Qué aporta este nuevo hotel a ese destino del norte del país?

Puerto Plata es, a mi entender, el destino de playa más completo de República Dominicana. Tiene su propio aeropuerto internacional, es una ciudad hermosa, tradicional, rica por su acervo cultural. Playa Dorada es su locación insignia por sus inigualables características, vegetación, belleza exuberante, campos de golf, lagos, playas…, ideal para la llegada de nuestra cadena. Emotions by Hodelpa es la marca de nuestros hoteles de playa en modalidad todo incluido y llega a Puerto Plata a enriquecer su oferta con una propuesta creativa y distinta. Un hotel donde es bienvenida toda la familia y con área exclusiva para adultos. Es el único en Puerto Plata con habitaciones “swim out”. Además, cuenta con numerosas particularidades que impactan a los visitantes.

En Discover Puerto Plata MarketPlace 2017 usted afirmó que Hodelpa se convertirá en la cadena con mayor presencia en el país. ¿Qué siente al estar involucrado en semejante hito?

Nos sentimos profundamente agradecidos del extraordinario equipo de hombres y mujeres que conforman la familia Hodelpa. Ellos, con su inagotable pasión por el servicio, fidelidad y entrega, dando siempre la milla extra, han sido el motor para que continuemos expandiéndonos sin sacrificar la calidad de productos y servicios. Nuestra filosofía de servicio se convierte en nuestra misión y está basada en el amor; la llamamos GEMA (Generar Experiencias Memorables con Amor). Nuestra gratitud se dirige, además, a los socios e inversionistas por apoyar con entusiasmo nuestras iniciativas; y a los clientes, nuestros principales relacionadores públicos. Este crecimiento no sería posible si no contáramos con la estabilidad social y económica que disfruta nuestro país.

¿Tiene sentimientos encontrados por Cuba, el país que lo vio nacer, o lo sucedido con las propiedades de su familia es ya parte de un remoto pasado? ¿Se atrevería a invertir allá?

La historia de todo el que ha emigrado de manera forzada está cargada de añoranzas y nostalgias. Aunque salí muy niño de Cuba, mi madre y mi hermana no permitieron que olvidara mis raíces y todo lo que dejamos atrás, principalmente nuestra familia. Mi madre fue la única de siete hermanos que emigró. Tuvo la visión de sacarnos a tiempo, meses antes de que cerraran los aeropuertos. Durante 20 años no pudo volver a ver a los suyos. Cientos de miles de familias rompieron relaciones y se dividieron para siempre. Lo más duro que trajo el comunismo a mi patria, más que la pérdida de los bienes materiales logrados con tanto esfuerzo, fue la desintegración de las familias. Para mi país anhelo un cambio profundo en todas las áreas, igualdad de oportunidad para todos, que regrese la esperanza y la confianza. A la fecha aún no he considerado invertir en Cuba, pues tengo muchos proyectos por realizar aún en República Dominicana.n