En uno de mis primeros recorridos por la región del sur profundo, hace más de cuatro décadas, tuve el privilegio de ser acogida en la casa de campo de Don Polibio Díaz y su gentil esposa Doña Gladys. Nuestros anfitriones fueron sus hijos Julio y Virginia Schiffino.
La estancia en Casa Bonita y la hospitalidad con que fuimos recibidos, nos permitió desplazarnos por la tierra donde ejerció su señorío la cacica Anacaona y pervive la leyenda del indómito Enriquillo.
Visitar el Hoyo de Pelempito, Bahía de las Águilas, las hermosas playas de La Saladilla, San Rafael, Los Patos, Paraíso. Sorprendernos con el Polo Magnético. Rememorar las luchas de Enriquillo, símbolo de la rebelión indígena contra la injusticia del blanco, era parte del periplo trazado por Coqui, nuestro joven y talentoso guía, estudioso de la zona, que con mucho orgullo señalaba que fue allí donde el cacique Enriquillo firmó el primer Tratado de Paz entre el Viejo Continente y el Nuevo Mundo de que se tiene referencia, en el que se consignó la abolición de la esclavitud.
En su honor lleva su nombre la hoya del Lago Enriquillo, otro atractivo turístico de Barahona de cuya superficie ubicada a unos 30 metros bajo el nivel del mar, emerge la isla Cabritos, Parque Nacional donde conviven poblaciones de flamencos, dos especies de iguanas y la mayor reserva mundial en estado silvestre del cocodrilo americano.
Una cosa que no puede dejar de señalar, nos decía Coqui, es que aquí nacieron María Montés, la primera actriz dominicana que filmó varias películas en Hollywood y Casandra Damirón, embajadora de nuestra música vernácula.
Hoy, es una bendición poder compartir con ustedes mis “cuitas turísticas” y me complace invitar a nuestros lectores a vivir el ensueño de alojarse en La joya boutique de Barahona que ilustra nuestra portada. Atrévase a compartir el éxito alcanzado por el trabajo tesonero de tres generaciones de la familia pionera en el desarrollo turístico de Barahona, y déjese atrapar por la magia del entorno que envuelve su Casa Bonita Tropical Lodge.