A mi nieto Salvatore, que de pequeño tenía los buches como peloticas de golf.
Si bien es cierto que nunca he realizado ni siquiera un putt, como promotora impenitente del destino turístico dominicano, siempre he considerado el golf como uno de los atractivos más importantes del turismo complementario. Tenía varios años que no asistía al Torneo Mitre, organizado por la familia –Bonarelli Caminero– y en especial bajo la total responsabilidad logística y comercial de mi adorable nieto Salvatore.
Este año asistí al evento y quedé sorprendida. Estuve observando la fluidez del protocolo a seguir que dio inicio con el registro de 436 jugadores (entre locales e invitados extranjeros) y el desarrollo de la competencia durante cuatro días consecutivos. Todas las salidas a tiempo, un programa muy ameno diseñado para los acompañantes, las diferentes presentaciones, los talleres, los concursos, un concierto para el cierre con artistas de corte internacional y para finalizar un Drunch Party, donde resaltó la excelencia, la calidad del servicio y la comida presentada por Mitre, que favoreció a los participantes, según sus testimonios, con disfrutar de un hermoso fin de semana en una actividad deportiva que les permite compartir en familia de un magno evento.
Los hijos son los sueños de los padres, pero los nietos son la la corona de los abuelos, y en Salvatore vi desde muy joven un futuro empresario que trabajaría, de punta en blanco y con seriedad, todos los proyectos en los que se enfocara en su vida.
¡Felicidades, nieto querido!, has convertido el Torneo Mitre en un referente para la organización de eventos deportivos internacionales que resaltan por la naturaleza altruista de donar a instituciones benéficas los fondos recaudados. Dedicarte el editorial en la revista que tu abuelo y yo fundamos hace más de medio siglo, me llena de orgullo.
Pido al Sumo Hacedor que ese espíritu de entrega sea un ejemplo que tus hijas puedan seguir, al procurar el bien de las personas de manera desinteresada con el apoyo y espíritu abnegado de tu esposa Paola. Les deseo lluvia de bendiciones.
A mis queridos lectores de Bohío aprovecho la ocasión para agradecer sus valiosos comentarios, desearles buena salud y que el 2020 llegue colmado de bendiciones y bienaventuranzas para todos.